Cartas de Indrani

Queridas amigas, queridos amigos,

La brisa hace titilar los espejos de las hojas en los chopos. Una sinfonía de luz se extiende por el camino. Me sitúo en medio de ella. Su belleza pasa a través de mí, parece que su luz me llenara y mis ojos desprendieran esa luz.

Me sitúo en medio de la brisa; la brisa pasa a través de mí y parece aligerarme, me siento sin peso; el cuerpo desaparece, ya no estoy confinada a él.

¿Te ha sucedido en un día de intensa actividad experimentar esa ligereza?  Seguramente sí. Por ejemplo, desde primera hora de la mañana te reclaman por teléfono. Atiendes a una persona que pide ayuda, o comprensión, o ser reconfortada, y pones todo tu interés, todo tu amor, en atenderla. Después comienza la jornada laboral, decides dedicarte a las tareas que se presenten con la máxima ilusión. Llega el mediodía, a la hora de preparar la comida entras en la cocina con entusiasmo. Por la tarde continúas la labor que tengas que desarrollar. A última hora abres el correo; quizá respondas con dedicación algunas cuestiones que esperan solucionarse. Y de pronto te das cuenta de que, al igual que cuando permites a la brisa recorrerte, tu cuerpo no pesa; un flujo de energía discurre a través de ti. No solo no existe ningún cansancio, sino que puedes seguir y seguir; prestarte a hacer todo aquello que requiera tu participación. De pronto comprendes el valor de la buena voluntad, de la buena disposición.

Hace años, mi esposo se encontraba en Asís con un querido amigo que seguía desde hacía mucho tiempo un sendero de meditación. Debían hacer un recado con cierta premura, así que se echaron a correr. Mi esposo sintió como si corrieran sin ningún esfuerzo y, al comentárselo a su amigo, este le contestó: «Eso es porque vamos volando en manos de la Madre divina». La “Madre divina” puede interpretarse como la manifestación de la Conciencia cósmica en su función creadora.

Una actitud de buena voluntad abre el flujo de la energía cósmica. Entonces puedes actuar, realizar todo tipo de trabajo o actividad, sin ningún esfuerzo; la corriente cósmica se encargará de cuanto tengas que acometer. Y en vez de cansancio o tensión, te sentirás, como mi esposo y su amigo, “volando en las alas de la Madre divina”.

Desde el alma, siempre bien dispuesta,

Indrani

«Cartas desde el camino. Pasos de una discípula de Yogananda» de Indrani Cerdeira