Cartas de Indrani

Queridas amigas, queridos amigos,

Todavía verano. Y, sin embargo, está realizándose un cambio. Una hoja amarilla asoma entre los ciruelos verdes, la suave brisa de la mañana ha sido sustituida por viento frío, el amanecer no trae el dulce aroma de los campos. Apenas es perceptible, pero está operándose el cambio de estación. En cualquier momento saldremos de casa despreocupados, y una ráfaga otoñal nos obligará a volver a entrar precipitadamente y abrigarnos.

Quizá seguiremos pensando en el verano, y el otoño habrá tomado su puesto. Quizá creíamos que un rasgo de carácter formaba parte de nuestra “definición”, y un día, inesperadamente, habrá desaparecido.

Hasta no hace mucho tiempo, se creía que a partir de una edad temprana —alrededor de los veinte años— el cerebro dejaba de renovarse. Actualmente se sabe que la plasticidad del cerebro se mantiene durante toda la vida. Esta plasticidad es solo un reflejo de nuestra “total” plasticidad. Poseemos una sorprendente, maravillosa, capacidad de transformación. Gracias al don de la voluntad, podemos obrar en nosotros cualquier cambio interior que deseemos.

Piénsate como alma. ¿Existe algún aspecto de tu comportamiento que no haga honor a tu alma? ¿Alguna actitud no es acorde con ella? ¿Alguna tendencia, tal vez profunda, oscurece su resplandor?

Analízate y descubre qué está impidiendo la completa expresión de tu alma. Si quieres eliminar ese obstáculo, decide cambiar. Por muy radical que sea el cambio, un día te asombrarás: «¡Se ha producido!».

El proceso puede ser más o menos largo —tal vez “muy” largo—, pero, ¿qué importancia tiene el tiempo? ¿Qué pueden significar ni siquiera unos años, en el ciclo de nuestra evolución interior?

Además, si te propones firmemente cambiar, si realmente “anhelas” el cambio, este anhelo actuará como un motor a reacción que te impulsará a tu nueva realidad. Antes de que te des cuenta, tu vieja tendencia se habrá desprendido de ti, y la nueva radiante verdad, brillará.

Es muy posible que, tras los primeros pasos, llegue una prueba. El “universo” parecerá preguntarte: «¿Es seguro que quieres cambiar?». Y, por un momento, quizá el ego trate de aferrarse a ese instante: «¡No! ¡No quiero cambiar!». No le prestes oídos y sigue la dirección que te indique tu alma. Si perseveras, peldaño a peldaño irás ascendiendo hacia tu realidad más eleva. Cuando creas que todavía estás en mitad del ascenso, mirarás a tu alrededor y contemplarás toda la extensión del cielo, del espacio, del Infinito, desde la cima de tu alma.

En el camino hacia la cima del alma,

Indrani

«Cartas desde el camino. Pasos de una discípula de Yogananda» de Indrani Cerdeira