Cartas de Indrani

Queridas amigas, queridos amigos,

Es de noche; una noche deslumbrante. El cielo se presenta totalmente cuajado de estrellas; miles y miles de luces plateadas titilando allá arriba, sobre un profundo ilimitado espacio. La intensidad de su brillo conmueve. ¿Qué existe detrás de esta magnificencia? En cada uno de esos puntos parece palpitar la esencia de la Creación.

La noche cuajada de estrellas, con sus bellas formaciones, con su orden matemático, con su inmensidad y su luz, se diría dispuesta por una Inteligencia cósmica. No podemos contemplarla sin abrirnos a la idea de una Inteligencia suprema. Sí, un proyecto cósmico, maravillosamente concebido, se despliega sobre nosotros. No podemos si no preguntarnos por tanto esplendor. ¿De dónde procede? ¿A qué o a quién se lo debemos?

La magnífica belleza que palpita en cada una de esas lumbreras brota de una fuente cósmica, la fuente única de la que brota todo el Universo; la misma fuente. La esencia de las estrellas que nos lleva a inclinarnos ante su grandiosidad, es la misma esencia que reside en cada partícula de la Creación: la Conciencia cósmica. La esencia que da también forma a toda vida; que nos da forma a nosotros, seres humanos.

Cuando contemplamos el cielo en una noche como esta, la admiración, la “devoción”, explotan dentro de nosotros. ¡Y la esencia de cada uno de esos puntos refulgentes es nuestra propia esencia! En nosotros vibra la misma “sustancia”: la Conciencia única que reside en el corazón de todo. En las estrellas, en cada átomo y en cada partícula subatómica, late una única pulsación. Es la pulsación que hace posible la “manifestación” del Universo, y nosotros mismos somos parte de ella.

En nosotros alienta la misma poderosa fuerza que enciende las estrellas, y que en ellas despierta nuestro asombro y nuestra reverencia.

Desde la esencia del alma,

Indrani

«Cartas desde el camino. Pasos de una discípula de Yogananda» de Indrani Cerdeira