Cartas de Indrani

Queridas amigas, queridos amigos:

En el Oeste americano vivía un granjero muy humilde. Su casa era una cabaña y tenía un pequeño terreno de cultivo. Su vida le satisfacía tanto, que las tardes las pasaba cantando en el porche de su casita. Un vecino rico, viendo la bondad de este hombre, se compadeció de él: «¡Qué lástima que una persona tan bondadosa sea tan pobre! Le regalaré algunas hectáreas, a mí me sobran». Así que ofreció a su buen vecino las tierras. Este le respondió: «Muchas gracias por su ofrecimiento, pero si lo aceptara y tuviera que cultivar más tierras, no tendría tiempo para cantar».

Ahora que una pandemia nos ha detenido, se nos ha concedido una oportunidad para reflexionar sobre nuestra vida. Repasa lo que ha sido tu vida hasta este momento, ¿en qué estabas empleándola? ¿Tenías tiempo para cantar?

Paramhansa Yogananda habla de las «necesidades innecesarias». Puedes preguntarte cuánta energía estabas destinando a estas «necesidades innecesarias». ¿Quizá gran parte de tus fuerzas se hayan orientado a satisfacer deseos y «necesidades» que te esclavizan y que, una vez satisfechas, no te han aportado la felicidad esperada? No solo no te han aportado la felicidad esperada, sino que te han llevado a nuevos deseos y «necesidades» que se multiplican sin fin.

No sé si alguna vez has vivido con lo mínimo imprescindible. Por mi parte, lo hice durante un periodo de mi vida. Al terminar la carrera de Biología, disfruté de una beca de investigación en la Universidad. Este podía haber supuesto el inicio de un futuro de seguridad, y de buena situación económica y social. Sin embargo, sabía que la labor que desempeñaba no era lo que estaba buscando. Aquello no me aportaba la plenitud que yo entreveía que podía llegar a poseer. Así que abandoné la Universidad y decidí intentar labrarme una carrera en la Literatura. Alquilé un pequeño apartamento sin ningún tipo de comodidades, apenas tenía muebles siquiera. Y comencé a escribir. Recuerdo aquella época como la de mayor libertad de mi vida. Jamás me había sentido mentalmente tan libre. Y la libertad llegó acompañada de paz, empatía, serenidad; de libertad de corazón.

¿Qué sucederá cuando se venza la enfermedad que está asolando nuestro mundo en estos últimos meses? Probablemente el poder adquisitivo de la gran mayoría de nosotros descenderá. No tengas miedo. Posiblemente te verás obligado a abandonar tus «necesidades innecesarias». Enfréntate a ello sin temor. Cuando las abandones, descubrirás la libertad, y encontrarás el tiempo y la paz que te permitirán dedicar tu tiempo a «cantar», como al campesino de nuestra historia.

Yogananda habla también de llevar una «vida sencilla con pensamientos elevados». Abre tu mente y tu corazón con confianza para que, con la simplificación que pueda sobrevenir cuando la pandemia desaparezca, vengan también la comprensión, la amabilidad, la generosidad… las cualidades del alma.

Desde la sencillez del alma,

Indrani

«Cartas desde el camino. Pasos de una discípula de Yogananda» de Indrani Cerdeira