Cartas de Indrani

Queridas almas:

Un pensamiento va extendiéndose por encima del estupor, el miedo, la inquietud, sobrevolando la pandemia: «De esta prueba tiene que surgir un mundo nuevo». Los economistas hablan del fin de la globalización, de la caída del capitalismo despiadado; los ecologistas de volver la mirada a la Naturaleza; a nivel espiritual se pone la esperanza en el nacimiento de una nueva conciencia… En general, sentimos que si hemos soportado —o estamos soportando todavía— unas circunstancias tan insólitas y dramáticas, al final de ellas debe surgir una vida nueva.

Se propaga la sensación de que no tendría sentido haber sido puestos a prueba tan duramente, para que, cuando la enfermedad pase de largo, regresemos al punto de partida y todo comience de nuevo a girar en el mismo engranaje.

¿Se producirá un cambio global? Es posible. Sería deseable que de esta experiencia floreciera un nuevo orden social y económico, basados en la cooperación y la solidaridad. Pero, se produzca o no esta transformación a gran escala, ¿qué postura adoptaremos cada uno de nosotros en nuestra vida diaria?, ¿regresaremos a la misma rutina, las mismas pautas de comportamiento?

Si sentimos el latido de la Vida en su conjunto dirigiéndose hacia el cambio, también individualmente debemos estar atentos a este latido de nuestra vida. Si nos gustaría ver una transformación excepcional a escala mundial, operemos en nosotros esa transformación.

Cuando el virus se retire, ¿qué desearías que cambiara en ti? Reflexiona un momento y observa qué mejora querrías traer a tu vida. No te conformes con el retorno a la «normalidad». ¿Qué progreso hacia tu perfeccionamiento puedes realizar? Quizá existe algún mal hábito que superar, desde el hábito de la ira o la maledicencia o el juicio al hábito de fumar, comer en exceso, desperdiciar el tiempo… Quizá existe alguna virtud que anhelas engrandecer, como ser más amable o tener mayor consideración por los demás o ser más comprensivo o prestar más servicio o dar más amor.

¿Y si nos planteáramos, al quedar atrás esta situación, hacer algo de una forma extraordinaria? No tiene que ser algo «extraordinario» en sí mismo, de lo que se trata es d que nosotros lo convirtamos en «extraordinario». Posiblemente las circunstancias especiales de este periodo te hayan obligado a hacer algo que antes no hacías o a hacerlo de una manera distinta. En mi caso, por ejemplo, he incluido en mis ocupaciones segar el césped y limpiar el patio interior de mi casa, dos tareas muy simples que anteriormente no realizaba de forma habitual; y he descubierto la satisfacción de hacerlas, de contribuir al orden mientras las hacía y a la belleza que despliegan una mullida alfombra de hierba recién segada y un espacio limpio. Y esto me ha hecho sentir el deseo de traer lo «extraordinario» a mi vida. ¿Qué podemos hacer «extraordinario»?

¿Y si lo hacemos ¡todo! de una forma «extraordinaria»?

Desde el alma, extraordinaria,

Indrani

«Cartas desde el camino. Pasos de una discípula de Yogananda» de Indrani Cerdeira