Cartas de Indrani

Queridas almas:

Los prados que se segaron hace unos días están resecos. De la tierra emergen los restos erizados de los tallos; junto al camino del río, su amarillo oscuro termina en el bosque frondoso y verde. Tras los planos de los árboles sobresale, por un resquicio, un pico de la montaña gris. A la izquierda del amarillo se intensifica el verdor de un campo de alfalfa mecido por la brisa caliente de la tarde. Una bandada de palomas torcaces revolotea y se dispone sobre el campo segado a la sombra del seto. 

Por el camino pedalea fuerte un ciclista, al ritmo fuerte de la música que él mismo transporta. En el escenario hay actores. Una pareja camina con su perro, hablando expresivamente. Los actores representan un drama. Cada actor tiene su papel específico en él.

Durante la crisis del Covid-19, ¿no te alcanzó, en algún momento, la certeza de estar viviendo algo irreal? En tus desplazamientos o encuentros, con la mascarilla sobre la nariz y la boca, y viendo a los demás con la suya, ¿no sentiste: «Esto no es real»?

Cuando un acontecimiento grave viene a la vida, surge, o se agudiza, una sensación de irrealidad: «No puede estar ocurriendo».

Las Escrituras de la India comparan la vida en este plano material, terrenal, con un sueño. Y afirman que llegará un momento en que despertaremos de ese sueño y descubriremos la existencia «real».

Si en los momentos en que la percepción se agudiza, te detienes a contemplar el desarrollo de los hechos que se despliegan ante ti, no te resultará difícil verlos como una obra de teatro que se interpreta en el escenario de tus circunstancias —Paramhansa Yogananda hablaba de una película, con sus personajes contrapuestos y las vicisitudes que dan interés al guion—. Observa atentamente lo que sucede y te darás cuenta de que las personas que intervienen en la trama están interpretando, al igual que tú, un papel; son únicamente intérpretes. En la obra no se revela su verdadero ser, como un actor no manifiesta «su» personalidad, sino la del personaje interpretado.

Entonces comprenderás que los hechos no tienen gran peso; ni siquiera las situaciones más escarpadas tienen solidez. Todo cuanto acontezca se volverá liviano, intrascendente. Todas las situaciones perderán dramatismos, al igual que si, en medio de lo más cruento de una película, sales un momento de ella con el pensamiento: «¡Solo es una película!

Entonces, fuera de ese escenario y ese drama, una percepción más penetrante te traerá la vislumbre de lo real; y en tu interior sabrás que lo único que tiene realidad es el alma.

Desde la realidad del alma,

Indrani

«Cartas desde el camino. Pasos de una discípula de Yogananda» de Indrani Cerdeira