Cartas de Indrani

Queridas almas:

Una tarde más de calor. El último calor del año, que sigue resecando los rastrojos en la tierra ya parduzca. Hasta la alfalfa, que no se ha segado, está resecándose bajo la larga serie de días de intenso sol. Me detengo, sorprendida de cómo la falta de agua va disponiendo alargadas hojas amarillas entre el verde.

He salido a pasear con una camisa de cuello redondo y, al detenerme frente al campo de alfalfa, el sol me da en el cuello. Me demoro un poco para disfrutar este calor que ya no agobia, que produce agrado. Mientras lo disfruto, llega a mi mente el pensamiento de que lo disfruto especialmente porque sé que pronto se terminará. La mente comienza a formar la idea de algo que se acaba y transmite al corazón la sensación de pérdida.

Enseguida un conocimiento que brota de una fuente más profunda dice que nada se pierde, solo se ve sometido a una transformación. El sol denso y caliente del verano irá trayendo la brisa fresca con más frecuencia. La brisa se convertirá en viento frío y, después, en viento helado que circulará por el valle depositando la nieve y las heladas. Paulatinamente, el viento helado comenzará a ser menos frío un día sí y siete no. A continuación comenzará a templarse; la atmósfera se caldeará con timidez. Finalmente regresará el calor.

Nada se acaba. Nada se pierde. La vida es un proceso de crecimiento. Un proceso de crecimiento sin fin. No termina cuando el cuerpo físico termina. La vida, la existencia, continúa indefinidamente. A Paramhansa Yogananda le preguntaron: «¿La evolución tiene un final?». «No tiene final —respondió el Maestro—. Continúa hasta que se alcanza la infinitud».

El verano muestra los primeros síntomas de transformarse en otoño. Quizá el cuerpo y la mente se resistan un poco a dejar la bonanza, el calor, la idea de una vida más libre. El alma se alegra de que continúe el desarrollo. La conciencia quiere seguir madurando. La conciencia necesita continuar su evolución hasta «la infinitud».

Desde el alma infinita,

Indrani

«Cartas desde el camino. Pasos de una discípula de Yogananda» de Indrani Cerdeira