Cartas de Indrani

Queridas almas:

Una bella imagen del crecimiento espiritual, o de cómo actúa la meditación, es que consiste en ir retirando velos. En esta imagen, nuestra visión de la realidad se ve dificultada por una serie de velos que, situados frente a nuestros ojos, nos impiden ver esa realidad con claridad o, mejor, «emborronan» nuestra visión de la realidad, presentándonos una realidad desfigurada.  La meditación, entonces, realiza la operación de ir dejando atrás velo tras velo, permitiendo que aparezca ante nosotros una realidad cada vez más sutil, más refinada. Cuando se retire el último velo, contemplaremos la realidad de nuestro ser infinito e inmortal.

Afortunadamente, mucho antes de retirar el último velo se va obteniendo un entendimiento mayor. A medida que se retira cada uno de estos velos se entra en un espacio más amplio, en una conciencia más expandida. En cada uno de estos pasos se va alcanzando una comprensión más perfecta del mundo, de nosotros mismos, del sentido de la existencia.

En la última carta hablábamos de que la humanidad, en su conjunto, parece haber llegado a un grado de conciencia que hace presagiar que está preparada para dar un paso adelante. En aquella carta nos referíamos a un cambio en la forma de relacionarnos entre nosotros y con el mundo. Sin duda un giro de esas características tiene que suponer también un giro en el estado de la conciencia.

¿Sentís vosotros hacia dónde se orienta ese giro? ¿Tenéis, quizá como yo, la percepción de que se orienta hacia una expansión del amor? Quizá sentís como yo que las relaciones con los seres cercanos van estrechándose: las relaciones con vuestros familiares, con vuestros amigos. Y también que los «seres cercanos» incluye a seres cada vez más «lejanos»; porque los seres cercanos aumentan constantemente en número y en «lejanía».

Un refinamiento en la conciencia implica un refinamiento en la comprensión, una percepción más clara del fondo sobre el que se desenvuelve nuestra existencia. Quizá por eso la expansión del amor acompaña al traspaso de cada velo que nos oculta la realidad última. Todos los grandes seres que han vivido en esta Tierra a lo largo de la Historia han señalado el amor como la base más profunda sobre la que se sustenta la Creación y, por tanto, como el medio final de traspasar su último velo y fundirnos en la Conciencia más allá de la Creación.

La expansión del amor es una expansión de la conciencia. E, inversamente, la expansión de la conciencia se realiza a través de la expansión del amor. Hacia ese «salto» nos dirigimos.  Porque cualquier paso adelante que demos, individualmente y colectivamente, tiene suponer dejar atrás el velo del distanciamiento, de la separación. Toda elevación de la conciencia viene acompañada de una extensión y una purificación del amor.

Desde el amor del alma,

Indrani

«CARTAS DESDE EL CAMINO. PASOS DE UNA DISCÍPULA DE YOGANANDA»