Cartas de Indrani

Queridas almas:

Una de las delicias de la primavera es la brisa, esa delicada brisa que mece durante estos días la creación. En el borde del camino, las ramas de un chopo que comienza a retoñar se balancean suavemente sobre el cielo de un puro y transparente azul; las inflorescencias de un sauce acompasan su amarillo a la brisa; un fresno acompasa sus frutos pardos. La misma luz asume el ritmo de la brisa y esparce una vida suave, ligera.

Todo cobra un ligero movimiento. La sutil vibración de la luz desprende de la Naturaleza todo sentido de rigor o pesadez. Todo queda envuelto en un brillo liviano. Incluso el verde intenso de los campos de cereales resalta los finos colores verdes y amarillos del bosque, que parece sostenerse en el aire.

Si te detienes para deleitarte en esta ligereza, podrás sentir su refinada vibración pasar a tu columna y subir a tu frente. En tu interior, la Naturaleza —tu Naturaleza— vibra con la misma delicada frecuencia que las flexibles ramas del sauce. También tú te desprenderás de todo rigor o pesadez. Saborearás la ligereza con que vibra tu verdadero ser.

Después, cuando decidas volver a caminar, te costará un poco mover el cuerpo; pero concéntrate en la liviandad interior y permite que ella se haga cargo de tus piernas; los pies la seguirán, y experimentarás lo liviano también en el movimiento. Entonces, desde el lugar y el momento en que te encuentras, expande la sensación a tu vida completa, tráela a ti y envuélvela en esa delicada vibración: la sentirás tan liviana como el bosque que se sostiene en el aire.

¿Por qué no adoptar la ligereza en nuestra vida? La ligereza acompaña a la libertad. Practica el descargarte; deja los pesos a un lado. Los pesos que nos cargan proceden de nuestra postura ante los acontecimientos externos; de nuestras «reacciones» ante ellos. Analiza tu postura ante las vicisitudes de tu vida. ¿Quizá estás oponiendo resistencia a alguna situación? ¿Quizá estás intentando cambiar los hechos externos? ¿Quizá desearías transformar a alguien?

Permite que cada persona tome su camino y lo siga; permite que los acontecimientos —sean los que sean— lleguen a tu vida y fluyan por ella; no trates de imponer a los demás tu ayuda o tu perspectiva de la vida; deja que pasen por sus experiencias, que les harán crecer.

Acepta los acontecimientos de cada periodo de tu vida. Si los aceptas, comprobarás que todo se pone en su lugar; porque en tu interior se habrá puesto en su lugar y, para ti, ese es el universo donde se desenvuelve tu existencia.

Descárgate de todo peso. La delicada vibración de la brisa y la luz de la primavera es tu vibración.

Desde la vibración del alma,

Indrani

«CARTAS DESDE EL CAMINO. PASOS DE UNA DISCÍPULA DE YOGANANDA»