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En 1969, a los veintidós años, Asha conoció a Swami Kriyananda. Hubo un reconocimiento inmediato. Durante cuarenta y cuatro años estuvo en constante contacto con él, como devota, amiga, asistenta personal y, finalmente, líder espiritual por derecho propio.
Él pronto le pidió que tomara notas para el libro que debería escribir más adelante. Él mismo se le presentó de una forma que solo hizo con muy pocas personas. Este relato de primera mano de una vida pasada junto a un gran maestro es más que una biografía; es una guía para una vida espiritual, un sendero de luz que todos pueden seguir.
«En su larga, gloriosa y absolutamente victoriosa vida, Swami Kriyananda cambió la vida de millones de personas. Su partida ha dejado un vacío imposible de llenar. Me consuela el hecho de que su presencia espiritual ahora se siente todavía más intensamente. ¡Qué dicha y qué privilegio haber conocido a un hombre así!».
D.R. Kaarthikeyan, director emérito del Central Bureau of Inestigation, la India